martes, 11 de noviembre de 2014

INDICADORES DE ÉXITO EN EL AULA

De todos los indicadores que he leído, los que me parecen más importantes son los siguientes:


INDICADORES A ADOPTAR A NIVEL  DE CENTRO

Ratio profesor-alumnos baja.

Comunicación constante con la familia y trabajo en equipo con ella.

Reuniones de equipo docente donde se intercambien ideas y se explique, a los profesores que imparten clase a los alumnos con TDAH, en que consiste este trastorno y las medidas a adoptar.

INDICADORES A ADOPTAR POR EL PROFESOR DENTRO DEL AULA

Ubicar al alumno en un pupitre que le permita al profesor el contacto visual, aislado de otros compañeros o rodeado de compañeros tranquilos.

Eliminar del alcance del alumno todos los elementos de distracción posibles.

Permitir la movilidad del alumno con excusas útiles como la asignación de tareas.

Establecer una rutina diaria predecible.

Prepararle anticipadamente para las novedades y cambios en la rutina para no desestabilizarlo.

Supervisión frecuente y uso de recordatorios.

Enseñar y enfatizar la rutina y la estructura, la organización y la planificación en todos los aspectos:
 - Enseñar al alumno habilidades de organización del material escolar: preparar los útiles para la tarea, ordenar la mesa, cajonera , mochila, cuadernos, carpetas (con separadores, códigos de colores para horarios y asignaturas, etc.). Incluirlo en la rutina diaria del aula.
 - Mantener formatos en la presentación de tareas y actividades, fichas, exposición de contenidos, cuadernos, trabajos, etc.
 - Enseñar a desarrollar contenidos (orales y/o escritos) siguiendo la estructura “inicio, nudo, desenlace” o “idea principal, ideas secundarias”.
 - Remarcar títulos e ideas principales en los contenidos.

Motivar al alumno con tareas divertidas  y novedosas y cambiarle el tipo de tareas para que no le resulten todas iguales y se aburra.

Utilizar las TIC.

Fomentar la creatividad.

Creer en el alumno: programar situaciones en las que pueda tener éxito.

Estructurar la tarea en tiempos cortos, estar pendientes de que realizan el trabajo encomendado y reforzarles positivamente en cuanto terminen las actividades correctamente.

Captar su atención: variando el tono de voz, gesticulando, dramatizando, etc.

No dar órdenes múltiples: las indicaciones serán breves, claras y de una en una.

Dar las instrucciones de manera multisensorial: oral y escrita.

Si es necesario, repetiremos las instrucciones hasta su comprensión.

Fomentar la confianza necesaria para que el niño/a nos pida ayuda si lo requiere.

Es habitual que necesite nuestra ayuda con más frecuencia que el resto de alumnos/as de su edad y desarrollo. Su aprendizaje es más lento. Según aprenda la rutina, ir retirando la ayuda gradualmente (alertas ante los retrocesos).

Dejar más tiempo para los exámenes.

Hablar de manera tranquila y en un tono adecuado si observamos al alumno inquieto.

Ser pacientes , cariñosos y comprensivos con el alumno realizándole adaptaciones, lo cual no implica el incumplimiento de sus responsabilidades. Dejar claras las consecuencias de sus actos y aplicarlas.

Mejor aplicar consecuencias educativas ( por ejemplo, si ensucia debe limpiar) que el castigo porque en muchas ocasiones del castigo no se aprende cual es la conducta apropiada.

No castigar sin recreo ni bajando la nota académica.

Si en los turnos, colas o esperas tenemos problemas de impaciencia ligados a la impulsividad, podemos ofrecerle un papel de gestor (que controle los turnos o vigile el buen funcionamiento de la cola por ejemplo) además de reforzar aquellos momentos en que es capaz de controlarse. 

Apuntar los deberes en la pizarra, siempre en la misma zona y con un color diferente. Dejarlos visibles todo el día. Repetírselos a él antes de salir de clase y decirle que nos enseñe la agenda para ver si lo tiene apuntado todo.

Disponer del horario escolar en un lugar visible y de fácil acceso.

Revisar que el alumno se lleva a casa los libros y materiales necesarios.

Tener libros y útiles extras para resolver emergencias en clase y en el hogar (TDAH = facilidad para olvidar y perder útiles).

Fomentar la autoevaluación y autocorrección utilizando las mismas rutinas (ejecución, repaso, corrección).

Estar abiertos al cambio de estrategias cuando éstas resulten ineficaces.

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